24/7

Solamente son cifras pero encierran un gran significado. Algunos podrían pensar que son dos números de la Loto, ruleta o algún otro juego de azar, quizá una dirección, pero para mí significan un antes y un después, un cambio radical en mi vida.
Tengo que confesar que aunque no lo había pensado detenidamente, era un sentimiento innato que tenía dentro de mí y no se había atrevido a aflorar, nunca se me había hecho necesario, ahora sería imposible no poderlo vivir o mejor dicho, disfrutar.
Dentro de este mundo nuestro de BDSM, normalmente en una relación Amo/sumisa, existe un conocimiento inicial, acercamiento, contacto y todos estos actos culminan en sesiones que son los momentos en lo que se vive y respira auténticamente el placer de dar y recibir, después viene un período de calma y recuperación, se siguen manteniendo contactos aderezados con obligaciones hasta llegar a otro momento culminante. Así era mi vida y la disfrutaba.
Sin embargo hace casi dos años iniciamos mi esclava y yo una nueva vida, una relación 24/7, en la que comencé a recibir una entrega total y permanente. Al principio todo era complicado y difícil, todo cambio lo es y cuando es total mucho más, pero la mayor transformación de todas fue la sensación de que esos momentos culminantes desaparecieron para convertirse en un solo momento permanente, podría decirse que vivimos en una sesión continua y no me refiero a la práctica sexual, o alguna otra, desenfrenada hasta la extenuación, sino a una entrega mental, una renuncia al yo, la asunción de nuevas obligaciones y tareas, control absoluto y permanente, acceso integro a su privacidad, sin olvidarnos de la relación como pareja, responsabilidades familiares y profesionales.
Hasta ahora parece que sólo hablo de lo que se da, pero ¿qué se recibe? Lo puedo resumir en una sola palabra Plenitud, sentirse completo, lleno, sentir que al fin has terminado el puzzle de tu vida al colocar las piezas que de forma inconsciente no tenías localizadas, una comunión que engloba una gran cantidad de sensaciones, de sentimientos porque a mi entender, cuando se inicia una relación de estas características no se trata de anular la voluntad de una parte, de hacerla sentirse nada a las órdenes y caprichos de su Señor/a, sino todo lo contrario, el crecimiento, la “Plenitud” debe alcanzarse por los dos, de forma natural, por propia voluntad, nunca forzada, una entrega voluntaria y permanente.
Para terminar quiero aclarar algunas de las cosas que he comentado, cuando hablo de entrega, como ya indiqué en la entrada anterior, me refiero a las dos partes. Ambos nos entregamos y ambos nos recibimos, cada uno en nuestro rol pero ninguna de las entregas es mayor o menor que la otra. Cuando hablo de sentimientos, como cualquier otra pareja, nos amamos, respetamos y formamos una familia. Ninguno somos más que el otro, ambos nos complementamos y necesitamos y si existimos es simplemente por que el otro también existe.
Desde luego esta es nuestra forma de vida, no pretendo dar lecciones ni nada por el estilo, al contrario, cada uno somos un mundo y no hay dos iguales, lo importante es que vivamos felices y disfrutando nuestro sentir.