miércoles

¿El Dominante perfecto?





No existe, pero yo lo tengo a mi lado. ¿Paradójico?, no realmente. Sucede que cuando una relación termina existe lo que muchos llaman un tiempo de duelo, yo más bien lo llamaría un tiempo de sanación personal. El analizar lo que sucedió, lo que REALMENTE sucedió, sin lanzar culpas a diestra y siniestra, toma un tiempo razonable. Es un tiempo que tenemos para nosotros mismos, para redescubrirnos nosotros tal cual somos. Es el momento en que lloramos y sufrimos, es el momento que necesitamos estar a solas con nuestro YO y conversar de tú a tú sin tapujos ni miramientos. Cuando ya hemos pasado factura, cuando ya hemos realizado un inventario exhaustivo, preciso, realista y a conciencia es entonces que pasamos por un crisol todo y estamos listos a dar un próximo paso.
Entonces es que nos planteamos cambiar desde el fondo de nuestro ser. Dejando de juzgar a todo el que nos rodea, a la ex pareja que nos ha mandado por un tubo sin fondo, y de juzgar a todo el que se nos acerca en estos momentos. Dejar de fijarnos sólo en las apariencias físicas de un hombre ideal, porque por desgracia los hombres perfectos no existen. Dejar de comparar el presente por el pasado que aún no acabas de dejar ir, nadie es igual que nadie y si no damos la oportunidad a quien está ahora y llega sin esperarlo, es que aún no estamos listos para dar este paso de continuar y se nos hace más cómodo vivir en el pasado y sintiéndonos mal, víctima, etc. No podemos juzgar y ver en nuestro presente las experiencias del pasado, no es justo para ninguna de las partes. Siempre he dicho que de la manera en que conocí a mi Amo fue algo casual, jamás pensé era mi hombre perfecto, existían mil abismos entre nosotros, igual El creo pensaría de mí más de un millón de veces. Ni yo soy su mujer ideal ni El el mío. Pero ¿saben en dónde radica lo realmente grandioso de nuestra relación? En que juntos nos dimos el tiempo de sanar nuestro ayer, nuestro pasado. Esas malas experiencias que nos hicieron tropezarnos un buen día en el lugar más inesperado del planeta. Y luego de un buen tiempo, darnos cuenta de que estamos ante la presencia de quien hace orquestar junto a nosotros una sinfonía perfecta, donde nuestras dos almas se encuentran y se reconocen por primera vez. Es cuando el cuerpo es sólo un vehículo para demostrarnos los sentimientos y experimentas esa sensación de limpieza y pureza en tu alma. En ese preciso momento es que ves a tu pareja tal cual es, y a cada cual tal y como son. Verás claramente sus defectos y sentirás amor por cada uno de ellos, tal y como sientes por sus virtudes. Sólo de esta manera comprenderás y sentirás verdadero interés por la vida de tu pareja, y ya dado este paso esencial, podrás sentir y experimentar el amor verdadero.
Yo puedo decir que me siento como toda una Dómina, sencillamente por dominar este arte, que se puede comparar con un guitarrista que no importa la guitarra que tenga entre sus manos ¡hará brotar de ella la más hermosa y perfecta de las melodías!
Muchas personas pasan por la vida rechazando o nosotros mismos hemos sido rechazados por alguna pareja, y fuimos aceptados por otros que jamás lo hicieron, y en la actualidad somos felices con estas nuevas personas que nos ayudaron a superar nuestros miedos, y han sacado y sacan día a día la mejor de nuestras melodías. Muchos desconocían que el problema radicaba en esa falta de habilidad de los que nos rechazaron para extraer las mejores melodías, pero de NUESTRO CORAZÓN.
De ahora en adelante si llevas gafas o lentes oscuros, retíralos y libérate de las cadenas del pasado ¡y extrae las mejores composiciones del corazón de tu pareja!

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