
En mi relación no existe lo Tuyo, lo mío, eso dejó de ser para dar paso a lo NUESTRO. No existe ‘este es mi problema, esta es tu decisión’, eso No prevalece. Se da el paso a lo NUESTRO. Siempre es difícil cuando se tienen hijos, porque ellos dejan de ser sólo suyos o míos, dando paso a que sean nuestros. NUESTROS hijos es un concepto que a veces las ex parejas de la relación no comprenden. Es difícil disciplinarlos, hacerles entender que aunque aquí vive su madre o su padre, es NUESTRO hogar. Que lo relativamente propio es su espacio o cuarto, pero que existe lo que llamamos las áreas comunes, lo que es de TODOS.
Exponer qué deseábamos en nuestro hogar conllevó en un principio poner las reglas como pareja a ambos bandos. Sí, a ambos bandos. Hubo celos entre los chicos, es algo que no se puede negar ni se podía evitar. Enseñarles a unos que es normal ver a mami o la nueva pareja de mi padre con collar y esclavas, semi desnuda en casa en un principio, o a mi padre ordenando o disponiendo sobre una mujer costó un poco. Cuando unos hijos ya conocen el concepto BDSM es mucho más fácil, lo ven natural y cotidiano y no sorprende. Cuando uno de los cachorros no sabe ni siquiera que su padre disfruta del BDSM cuesta un poco más de trabajo explicarlo de manera correcta, porque por desgracia ante la sociedad en que vivimos somos catalogados como enfermos y depravados sexuales (incluso por la misma ex pareja nuestra). Entonces como pareja, antes de unirnos, sabiendo que llevamos un ‘combo agrandado’ son cosas que se deben dialogar abiertamente.
En nuestro caso, fue ir dando pasos para que ambas partes entendieran y comprendieran NUESTRO concepto de BDSM, lo que significa para nosotros, y lo que implica decidir tener un piso nuestro, donde los cachorros se dan cuenta de que la relación que llevan sus padres es una seria cuando se ha decido dar el paso a un piso nuevo y compartido de pareja, donde las reglas serán las reglas de la pareja y no las de papi o las de mami. Cuando decidimos dar ese paso, costó que ambos bandos se pudieran conciliar, ya que es más fácil decir cuando estoy con papi o con mami no está la pareja de él/ella a darnos con la puerta del nuevo piso y decir ‘ups, esta es la nueva casa con más personas y nuevas reglas’. En ese proceso de adaptación, hubo que educar a todos los cachorros, y dejarles claro que no es la imposición de nuevas reglas sino un nuevo hogar donde impera lo que nosotros como pareja deseamos vivir sin dobles caras, sin hipocresías y en plenitud.
Cuando se decide vivir una relación de BDSM 24/7, no podemos dejar fuera lo relacionado a los hijos, las profesiones, las relaciones sociales familiares, las de la comunidad donde vivimos, ni obviamente lo básico y fundamental; NUESTROS SENTIMIENTOS.
El que pretenda vivir un 24/7 dejando fuera el sentimiento de amor hacia la pareja diciendo que sólo es una relación de BDSM 24/7 está equivocado. Una relación de este tipo conlleva mucha responsabilidad, mucho sacrificio y mucho AMOR.
Muchas relaciones que dan el paso a un 24/7, deben sentarse a redefinir la relación BDSM. No es lo mismo llevar una relación esporádica a vivirlo de manera permanente. No se deja de ser profesional, padre/madre, hijo/hija, esposa y amante para ser solo Amo/esclava. Generalmente, el que lo vive de manera esporádica sin que esto signifique que no exista igual sentimiento de entrega de ambas partes, lo vive con un sentimiento donde se entra en situación a una sesión y se deja por unas horas ‘fuera’ lo cotidiano para dar paso a un momento donde ambas partes realizan un ritual de D/s, que satisfaga a ambos y que al final de la misma ambos regresan a su punto de origen hasta la próxima vez que estén juntos. Durante ese intermedio de sesiones, existe obviamente la comunicación, el compartir ya sea por teléfono, o por chat, o por citas a tomar cafés o a comer, a una relación más de confraternidad y camaradería que a una relación de convivencia permanente como lo es a un 24/7. Conste en acta que no he dicho que se deja de ser Amo/sumisa; sino que por las razones que la pareja vive a día una relación Amo/sumisa dista en mucho de lo que es un 24/7 de convivencia real y permanente (y con esto no dejo fuera que sea únicamente convivencia bajo el mismo techo, si alguien no comprende el concepto dejadlo saber por favor). Dejo bien definida mi postura que tampoco me refiero a que no se pueda vivir una relación D/s por este medio, solamente, o de manera complementaria. Se parte de la primicia que cada pareja decide vivir su relación de manera que ambos se sientan completos, satisfechos y complacidos. Y que el BDSM solo dicta las bases básicas para que lo hagamos un estilo de vida, para muchos paralelo a su vida personal, para otros de manera abierta pero solo de sesiones ocasionales (sean por las razones que sean, y que no se juzgan aquí) y para otros como nosotros que sencillamente lo vivimos un 24/7 abierto y pleno para satisfacción de ambos.
Exponer qué deseábamos en nuestro hogar conllevó en un principio poner las reglas como pareja a ambos bandos. Sí, a ambos bandos. Hubo celos entre los chicos, es algo que no se puede negar ni se podía evitar. Enseñarles a unos que es normal ver a mami o la nueva pareja de mi padre con collar y esclavas, semi desnuda en casa en un principio, o a mi padre ordenando o disponiendo sobre una mujer costó un poco. Cuando unos hijos ya conocen el concepto BDSM es mucho más fácil, lo ven natural y cotidiano y no sorprende. Cuando uno de los cachorros no sabe ni siquiera que su padre disfruta del BDSM cuesta un poco más de trabajo explicarlo de manera correcta, porque por desgracia ante la sociedad en que vivimos somos catalogados como enfermos y depravados sexuales (incluso por la misma ex pareja nuestra). Entonces como pareja, antes de unirnos, sabiendo que llevamos un ‘combo agrandado’ son cosas que se deben dialogar abiertamente.
En nuestro caso, fue ir dando pasos para que ambas partes entendieran y comprendieran NUESTRO concepto de BDSM, lo que significa para nosotros, y lo que implica decidir tener un piso nuestro, donde los cachorros se dan cuenta de que la relación que llevan sus padres es una seria cuando se ha decido dar el paso a un piso nuevo y compartido de pareja, donde las reglas serán las reglas de la pareja y no las de papi o las de mami. Cuando decidimos dar ese paso, costó que ambos bandos se pudieran conciliar, ya que es más fácil decir cuando estoy con papi o con mami no está la pareja de él/ella a darnos con la puerta del nuevo piso y decir ‘ups, esta es la nueva casa con más personas y nuevas reglas’. En ese proceso de adaptación, hubo que educar a todos los cachorros, y dejarles claro que no es la imposición de nuevas reglas sino un nuevo hogar donde impera lo que nosotros como pareja deseamos vivir sin dobles caras, sin hipocresías y en plenitud.
Cuando se decide vivir una relación de BDSM 24/7, no podemos dejar fuera lo relacionado a los hijos, las profesiones, las relaciones sociales familiares, las de la comunidad donde vivimos, ni obviamente lo básico y fundamental; NUESTROS SENTIMIENTOS.
El que pretenda vivir un 24/7 dejando fuera el sentimiento de amor hacia la pareja diciendo que sólo es una relación de BDSM 24/7 está equivocado. Una relación de este tipo conlleva mucha responsabilidad, mucho sacrificio y mucho AMOR.
Muchas relaciones que dan el paso a un 24/7, deben sentarse a redefinir la relación BDSM. No es lo mismo llevar una relación esporádica a vivirlo de manera permanente. No se deja de ser profesional, padre/madre, hijo/hija, esposa y amante para ser solo Amo/esclava. Generalmente, el que lo vive de manera esporádica sin que esto signifique que no exista igual sentimiento de entrega de ambas partes, lo vive con un sentimiento donde se entra en situación a una sesión y se deja por unas horas ‘fuera’ lo cotidiano para dar paso a un momento donde ambas partes realizan un ritual de D/s, que satisfaga a ambos y que al final de la misma ambos regresan a su punto de origen hasta la próxima vez que estén juntos. Durante ese intermedio de sesiones, existe obviamente la comunicación, el compartir ya sea por teléfono, o por chat, o por citas a tomar cafés o a comer, a una relación más de confraternidad y camaradería que a una relación de convivencia permanente como lo es a un 24/7. Conste en acta que no he dicho que se deja de ser Amo/sumisa; sino que por las razones que la pareja vive a día una relación Amo/sumisa dista en mucho de lo que es un 24/7 de convivencia real y permanente (y con esto no dejo fuera que sea únicamente convivencia bajo el mismo techo, si alguien no comprende el concepto dejadlo saber por favor). Dejo bien definida mi postura que tampoco me refiero a que no se pueda vivir una relación D/s por este medio, solamente, o de manera complementaria. Se parte de la primicia que cada pareja decide vivir su relación de manera que ambos se sientan completos, satisfechos y complacidos. Y que el BDSM solo dicta las bases básicas para que lo hagamos un estilo de vida, para muchos paralelo a su vida personal, para otros de manera abierta pero solo de sesiones ocasionales (sean por las razones que sean, y que no se juzgan aquí) y para otros como nosotros que sencillamente lo vivimos un 24/7 abierto y pleno para satisfacción de ambos.
Pero para ello debemos extender puentes entre padres e hijos, entre los propios hijos también, que ayuden a la comprensión y sana convivencia del nuevo núcleo familiar. Difícil, pero no imposible, sólo es buscar una solución donde impere el "happy medium'.


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