
Hoy mantenía una conversación y tras la previsible pregunta del ¿Cómo estás? recibí la típica respuesta en la que me comentaron los avatares de la vida de ese amigo para terminar con el coloquial... por lo demás todo bien.
Esa última frase la he oído en multitud de circunstancias y normalmente buscando un significado de resignación, excusa, complicidad o simple cierre.
Pero si pensamos en la citada frase nos queda claro que todo lo demás puede que esté bien pero es evidente que hay algo que claramente no lo está.
Hace tiempo mantuve una conversación con varias sumisas a las que encontré en una reunión y todas ellas terminaban su saludo inicial con la consabida sentencia, denotando cierto número de carencias o deseos no satisfechos en sus relaciones o la falta de éstas mismas.
Cuando analizamos en profundidad esas circunstancias descubrimos que en muchos casos no existía una comunicación real con sus Dominantes o Amos, por un mal entendido respecto que en realidad está ocultando miedo (Y en ese caso habría que preguntarse ¿por qué?) o por apatía y desinterés. Antes de seguir quiero dejar claro que no intento emitir juicios de valor, simplemente exponer mis pensamientos.
Cuando iniciamos una relación, del tipo que sea, normalmente no hemos estudiado como comportarnos o como debemos afrontar las situaciones, vamos aprendiendo por las propias experiencias, porque el hombre como buen animal de costumbres nunca acepta las de los demás y prefiere sufrirlas y lo digo bien, sufrirlas en sus propias carnes.
Según vamos avanzando en ese aprendizaje y no digo que siempre sea doloroso a veces también hay ratos agradables, vamos adquiriendo unos conocimientos que nos permiten ampliar nuestra capacidad de asimilar la situación tanto de forma individual como conjunta.
Cuando comenzamos en el mundo BDSM y tras considerarnos formados adecuadamente, iniciamos una relación BDSM ocurre lo mismo, inicialmente buscamos documentarnos y normalmente nos dejamos llevar por lo que leemos o vemos y por lo general, en el caso de la lectura comprobamos lo increiblemente enorme que puede llegar a ser la imaginación humana y en cuanto al apartado de la visión, como ocurre en la sociedad actual, parece que sólo "vende" lo raro, diría lo inhumano. Como podemos ver en muchos lugares de internet, blogs, páginas, etc., se esfuerzan en plasmar hasta donde puede llegar la degradación y humillación de otro ser humano, abusando de la buena voluntad del espíritu sumiso que se entrega a un ser, y lo denomino de esa forma porque para mí ni es persona, dominante ni nada racional, que lejos de cuidar, respetar y disfrutar de Su regalo, se dedica a destruir su autoestima para llevarle a situaciones extremas para "ver" hasta dónde es capaz de llegar o cuánto puede aguantar, tratándoles como juguetes que una vez ajados por el uso o rotos, son abandonados o cambiados por otros nuevos. Desde luego no es eso lo que yo entiendo por BDSM, pero muchos ajenos a este mundo pueden verse influenciados y pensar que esa es la "esencia" del mismo y nunca más lejos de la realidad.
Pero volvamos a ese inicio, si en una relación ya es complicado adquirir experiencia, en una de BDSM lo es mucho más por las connotaciones que tiene, además podemos añadir la dificultad que encontramos en tener "amigos" o "conocidos" que tengan una visión global similar o compatible a la tuya. Aquí tenemos ventaja, como siempre en este tipo de relaciones, aquellos que nos reconocemos en un rol Dominante, está generalmente aceptado que el Dom ordena y la sumisa obedece y punto. En el momento que planteamos otras situaciones, el Dom es débil y la sumisa prepotente, en el caso de que podamos seguir considerándola como tal, claro.
Ese inicio es fundamental de cara a la relación futura y a nuestro complicado aprendizaje, como mínimo siempre se debe mantener un período de conocimiento, tan amplio como sea necesario, para mantener una relación convencional, salvo los esporádicos encuentros sexuales, siempre buscamos conocer a nuestra posible pareja, conocer sus pensamientos e ideas, gustos, etc., cuando buscamos una pareja a la que bien nos vamos a entregar, poniéndonos en sus manos o bien, vamos a recibir, asumiendo esta situación en su significado más amplio, siempre tenemos que conocer a la otra parte, de forma amplia, incluso exhaustiva y no hablo de tiempo, no existe un cronómetro, siempre durará hasta que ambos nos sintamos seguros.
Como mínimo, para entregarnos a una persona debemos conocer la capacidad de esa persona para recibirnos, su personalidad, su psicología, sus experiencias, casi deberíamos pedir "referencias" y de qué forma asume sus compromisos, como cuida de sus posesiones, si se interesa por ellas, de qué forma va a apoyarlas en sus metas, si la va a enriquecer con esa relación, estamos aportando nuestra propia vida y la contrapartida que debemos obtener debe ser igual de importante. Debemos de estar seguros de su capacidad para asumir sus responsabilidades y simplemente que se reconozca con un rol Dominante, no es bastante.
Cuando una relación convencional fracasa, siempre se debe a ambas partes, en mayor o menor medida, pero cuando la que fracasa es una relación BDSM, el único responsable es el Dominante, simplemente no ha sabido cumplir con sus obligaciones.



















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