La generosidad de los amigos

Durante nuestra existencia mantenemos muchas clases de relaciones, desde familiares hasta casuales, con mayor o menor intensidad, desde compartir una vida junto a la persona amada hasta disponer de un minuto para comprar una barra de pan y saludar al panadero.
A veces la vida se hace monótona al ir limitando ese número de relaciones y volverse estas repetitivas, rutinarias y por ende, aburridas. Es muy difícil pasar un día tras otro envueltos en las mismas actividades, en los mismos horarios y aunque de vez en cuando nos demos una alegría, tengamos una breve ilusión, esas libertades son muy limitadas y volvemos a caer en nuestra repetitiva vida.
Quizá la baza más importante que jugamos para evitar esos hábitos es afrontar nuevas situaciones, nuevos retos, esas pruebas que se nos presentan de vez en cuando haciéndonos pensar, enfrentarnos a ellas y que nos hacen madurar y nos fortalecen.
Quiero agradecer a esas personas que participan o han participado en nuestras vidas y que se esfuerzan en conseguir que nos vayamos superando día a día, que dedican gran cantidad de su tiempo a pensar de qué forma pueden sorprendernos o por lo menos lo intentan y están tan enfrascados en su auto impuesta labor que no distinguen la realidad de los hechos, que haciendo un gran alarde de generosidad se olvidan de su propia vida y se entregan en cuerpo y alma en hacer que la vida de los demás sea mucho más interesante haciéndonos olvidar nuestra rutina.
Y en especial quiero agradecer a ese amigo especial, que se entrega tan intensamente en esa labor tan ardua, inventando situaciones extraordinarias, incluso con artistas invitados, que revisa antiguos anuarios para localizar y traernos a viejos y olvidados amigos, a veces haciéndose pasar por quien no es, actitud que incluso le ha supuesto distanciamiento con sus amigos y familia y desde su propio desamparo, separación, retiro, abandono y soledad, incluida su labor profesional, lejos de angustiarse, continúa de una forma totalmente generosa esforzándose por hacer más amena la vida de los demás.
Muchas gracias de verdad.