El fuego quema lo malo y da paso a lo nuevo. Una noche de deseos, buenas intenciones y ganas de borrar malos momentos. La noche más corta del año.

Esta entrada va dedicada a esas personas que nos leen y son de pensamiento tradicional, que quizás se han tropezado con este blog en busca de informarse del BDSM. Quien me conoce sabe lo mucho que he defendido mi sentimiento esclavo, lo mucho que he luchado para que se me respete y se me reconozca mi derecho de vivir mi estilo de vida tal cual cada uno vive su religión. Que se me respete mi sexualidad y mi sensualidad, sin que se me tilde de pervertida o enferma sexual, que terminen de comprender de una buena vez que sólo ante ese Hombre que despierta en mí ese sentimiento esclavo es que consensuo mi libre esclavitud sometida felizmente a mi propia plenitud y felicidad. Que el hecho de ser esclava y disfrute de mi estilo muy particular de BDSM no significa que estoy dispuesta a soportar y sufrir humillaciones ni degradaciones sino que como muchas veces he dicho, a los pies y servicio de mi Dueño, Amo y Señor ArkadiusN es que logro hacerme más grande que grande, más feliz, más plena y más MUJER. 
En los últimos años se han muerto tres amistades muy queridas solas en sus apartamentos, dos encontrados días después y en otro, meses. Todas tenían varias cosas en común; disfrutaban del BDSM, pasaban de los 50 años, no tenían pareja, vivían solos y no tenían comunicación con su familia. Sus muertes, una desconocida y las otras de manera súbita, se pudieron haber evitado. El peor de los elementos, la falta de comunicación con su familia, sucedió por el rechazo hacia su orientación sexual. Si sus familiares hubieran estado pendientes, atendiendo sus necesidades, y dándole Amor incondicional, quizás yo disfrutaría todavía de sus compañías.
El rechazo al BDSM, al estilo de vida y a los sentimientos verdaderos de dominación y esclavitud, proveniente del desconocimiento, desinformación y miedo sobre el BDSM, es la razón por el distanciamiento y la vergüenza que sienten los familiares sobre sus hijos sumisos, esclavos o dominantes. En efecto, falsos conceptos aprendidos han desembocado en actitudes equívocas que no permiten que el Amor verdadero se manifieste en todo lo que nos rodea. Las actitudes más comunes y conductas más intolerantes por parte de los padres son tales como, “los bedesemeros son enfermos mentales y sexuales”, “pervertidos”, “pecadores”, y que deben cambiar su forma de ser. El rechazo también existe por el que dirán. Como resultado estos padres expulsan a sus hijos de sus hogares y les piden que si no cambian, no los quieren volver a ver. Estas amenazas dejan heridas imborrables en la estima de esos hijos.
Hay que estar en los zapatos del rechazado. Nosotros los esclavos (sumisos), conviviendo en una sociedad excluyente y marginante, tratamos de congraciarnos con nuestros padres fomentando diálogos, buscando ayuda externa, y haciendo todo lo posible por complacerlos.
Hoy en día, no nos podemos olvidar que cuando se habla de la familia, la componemos todos, los hijos (sumisos, esclavos y dominantes) homosexuales, bisexuales y heterosexuales. También ésta se compone de las parejas de sus hijos, incluyendo la de los hijos bedesemeros. Nietos, sobrinos, tíos, abuelos, parejas, todos, absolutamente todos, componemos el núcleo familiar, no importa la orientación sexual de cada uno.
El tema de la aceptación familiar es bien frecuente entre nuevos bedesemeros. Este hecho denota su preocupación. Por ende, el cariño, apoyo y atención de los padres hace la diferencia de un bedesemero más seguro y saludable emocionalmente, en contraste con otros, que corren la suerte del rechazo e incomunicación. Sin embargo, hoy en día hay más aceptación y compenetración por parte de muchos padres de hijos bedesemeros. Éstos buscan ayuda o comentan sobre la situación, aunque existen otros aptos para afrontarla con éxito. De este reto los padres deben salir airosos, haciendo que siempre triunfe ante todo el Amor.
De mis tres amigos, las relaciones con sus padres fueron bien disfuncionales. Por eso optaron por mantenerse alejados. Una mamá me llamó dos años después de su hija fallecida agradeciéndome por haber ayudado a mi amiga. Le di las gracias y le comuniqué que yo la quería mucho. No obstante me hubiese gustado decirle que su muerte fue en parte motivada por su constante rechazo, pero me abstuve, y pensé que hubiese abierto más su herida. Supuse que después del fallecimiento habrá estado lamentándose por haberla rechazado tantas veces. Estos son los tristes casos reales de muchas familias. Este caso terminó, “mejor muerta que bedesemera”.
Fomentar la buena comunicación con todos los hijos, es muy saludable. Si sospecha que su hijo/a, esposo/a o cualquier otro familiar le gusta el BDSM, propicie usted la comunicación. A veces, ellos no se atreven a expresarse por miedo a la reacción. Si desconoce cómo lidiar con esta situación, busque ayuda profesional o comparta su inquietud con alguien que le pueda ofrecer un buen consejo. Elimine sus prejuicios de su mente, y acepte a su hijo (familiar) tal cual es.

En los últimos años se han muerto tres amistades muy queridas solas en sus apartamentos, dos encontrados días después y en otro, meses. Todas tenían varias cosas en común; disfrutaban del BDSM, pasaban de los 50 años, no tenían pareja, vivían solos y no tenían comunicación con su familia. Sus muertes, una desconocida y las otras de manera súbita, se pudieron haber evitado. El peor de los elementos, la falta de comunicación con su familia, sucedió por el rechazo hacia su orientación sexual. Si sus familiares hubieran estado pendientes, atendiendo sus necesidades, y dándole Amor incondicional, quizás yo disfrutaría todavía de sus compañías.
El rechazo al BDSM, al estilo de vida y a los sentimientos verdaderos de dominación y esclavitud, proveniente del desconocimiento, desinformación y miedo sobre el BDSM, es la razón por el distanciamiento y la vergüenza que sienten los familiares sobre sus hijos sumisos, esclavos o dominantes. En efecto, falsos conceptos aprendidos han desembocado en actitudes equívocas que no permiten que el Amor verdadero se manifieste en todo lo que nos rodea. Las actitudes más comunes y conductas más intolerantes por parte de los padres son tales como, “los bedesemeros son enfermos mentales y sexuales”, “pervertidos”, “pecadores”, y que deben cambiar su forma de ser. El rechazo también existe por el que dirán. Como resultado estos padres expulsan a sus hijos de sus hogares y les piden que si no cambian, no los quieren volver a ver. Estas amenazas dejan heridas imborrables en la estima de esos hijos.
Hay que estar en los zapatos del rechazado. Nosotros los esclavos (sumisos), conviviendo en una sociedad excluyente y marginante, tratamos de congraciarnos con nuestros padres fomentando diálogos, buscando ayuda externa, y haciendo todo lo posible por complacerlos.
Hoy en día, no nos podemos olvidar que cuando se habla de la familia, la componemos todos, los hijos (sumisos, esclavos y dominantes) homosexuales, bisexuales y heterosexuales. También ésta se compone de las parejas de sus hijos, incluyendo la de los hijos bedesemeros. Nietos, sobrinos, tíos, abuelos, parejas, todos, absolutamente todos, componemos el núcleo familiar, no importa la orientación sexual de cada uno.
El tema de la aceptación familiar es bien frecuente entre nuevos bedesemeros. Este hecho denota su preocupación. Por ende, el cariño, apoyo y atención de los padres hace la diferencia de un bedesemero más seguro y saludable emocionalmente, en contraste con otros, que corren la suerte del rechazo e incomunicación. Sin embargo, hoy en día hay más aceptación y compenetración por parte de muchos padres de hijos bedesemeros. Éstos buscan ayuda o comentan sobre la situación, aunque existen otros aptos para afrontarla con éxito. De este reto los padres deben salir airosos, haciendo que siempre triunfe ante todo el Amor.
De mis tres amigos, las relaciones con sus padres fueron bien disfuncionales. Por eso optaron por mantenerse alejados. Una mamá me llamó dos años después de su hija fallecida agradeciéndome por haber ayudado a mi amiga. Le di las gracias y le comuniqué que yo la quería mucho. No obstante me hubiese gustado decirle que su muerte fue en parte motivada por su constante rechazo, pero me abstuve, y pensé que hubiese abierto más su herida. Supuse que después del fallecimiento habrá estado lamentándose por haberla rechazado tantas veces. Estos son los tristes casos reales de muchas familias. Este caso terminó, “mejor muerta que bedesemera”.
Fomentar la buena comunicación con todos los hijos, es muy saludable. Si sospecha que su hijo/a, esposo/a o cualquier otro familiar le gusta el BDSM, propicie usted la comunicación. A veces, ellos no se atreven a expresarse por miedo a la reacción. Si desconoce cómo lidiar con esta situación, busque ayuda profesional o comparta su inquietud con alguien que le pueda ofrecer un buen consejo. Elimine sus prejuicios de su mente, y acepte a su hijo (familiar) tal cual es.

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