"No ser amado es una simple desventura. La verdadera desgracia es no saber amar."
Albert Camus

Cuando decidimos comenzar nuestra relación, sabíamos que no sería fácil para nuestros hijos. Hacer una nueva familia, ensamblarla es muy difícil. Lo que debo reconocer y que no había tomado en cuenta es lo siguiente. Y esto es comentando desde mi propia experiencia.
Duele reconocer que se puede haber fracasado, duele reconocer que mientras no se superen ciertas etapas es imposible crear una nueva familia feliz.
Siempre he dicho que nosotros como pareja jamás hemos tenido un problema que no fuera solucionado con inteligencia y rapidez. Eso en mucho se lo debo a tener una pareja madura a mi lado, que lleva experiencias y que le resulta fácil resolver y buscar soluciones a cualquier situación y conflicto.
Yo por mi inmadurez e inexperiencia debo reconocer que me declaro incapaz de resolver asuntos que yo pensé que estaba haciendo de manera correcta. Hoy es un día para recapitular muchas cosas, formas, actuaciones y decisiones que seguramente he de tomar.
No soy perfecta, ser madre a mi edad con hijos adolescentes y de diferentes edades es algo que en muchas ocasiones me puede. Sé que cada hijo es diferente, sé que hay reglas básicas que me gustan se cumplan y que puedo verles de manera individual con virtudes y carencias, saberles ayudar y saberles aconsejar. Lo difícil es aconsejarles y que esos consejos sean bien recibidos.
Los conflictos constantes en los hijos es la orden del día. Estoy segura de que siempre es posible establecer nuevas relaciones familiares, aunque a veces requiera enormes esfuerzos.
Las cuestiones que se deben tener en cuenta, luego de haber intentado otros medios están relacionadas con los momentos vividos por los integrantes de la familia. Ahora visualizo y me doy cuenta de que debemos considerar que han sufrido una pérdida al igual que nosotros y el resto del grupo familiar.
Al formar un nuevo núcleo, deberemos de volver a crear ciertos lazos imprescindibles para la convivencia, pero de ninguna manera podemos pretender que nuestros hijos superen la etapa anterior, ni que puedan reemplazar los vínculos sin antes asumir la situación entre sus padres.
Muchas veces los nuevos matrimonios muestran costumbres diferentes que pueden generar polarizaciones que los alejen de sus nuevos familiares.
Estas creo son algunas formas de aclimatar a la nueva familia
-Reconociendo y lamentando lo que han perdido.
-Desarrollando nuevas maneras de tomar decisiones en familia.
-Fomentando y fortaleciendo las nuevas relaciones entre padres, padrastros, hijastros y hermanastros.
-Apoyándose mutuamente
-Permitiendo la continuidad de las relaciones familiares anteriores, más allá de la distancia que los separe.
Este tipo de conflictos suelen resolverse favorablemente con la ayuda de todos, incluso con el apoyo de los abuelos, muy importantes para los hijos en estos momentos.
Sin embargo, existe también la posibilidad de que sea necesaria la intervención de un profesional especializado que evalúe los siguientes síntomas, en caso de que aparezcan:
-Aislamiento y nula aceptación de la ayuda, para superar la crisis
-Encrucijada entre las dos familias y demasiada presión para decidirse por una de las dos
-Estar demasiado enojado por sentirse culpable de la situación
-Inseguridad en todos los aspectos
-Alejamiento de todos los familiares y amigos
-Enojo feroz contra el padre o padrastro y actitud violenta contra algún familiar
Según mi experiencia estos pueden ser los posibles orígenes del conflicto en los hijos
-Poca atención del padre o madre para con el joven, por cuestiones laborales o de estrés
-Mayor atención a otro de los hijos del ex matrimonio
-Desautorizar al nuevo o nueva integrante de la familia (padrastro o madrastra)
-Dejar de disfrutar de las actividades normales
Las relaciones de los hijos con su nueva familia, pueden ser normales y satisfactorias en caso de que nadie pretenda imponer cariño u olvidar el pasado, pues ellos en general, son los que mayor predisposición tienen a llevarse bien con los otros, pero también, los que mayores trabas encuentran...
De cualquier manera, es importante que como padres encontremos la solución y el consenso, aceptar lo que, de primera instancia, puede ser algo drástico pero que sirva a largo plazo para afianzar esos lazos de amor y de familia que siempre han de existir en el nuevo núcleo familiar, lo que si no se debe permitir es que sean los hijos los que nos marquen las formas y el ritmo que debe seguir la pareja, ya que deben aprender que la nueva pareja no es competencia sino es alguien más que viene a amar y cuidarles.
Duele reconocer que se puede haber fracasado, duele reconocer que mientras no se superen ciertas etapas es imposible crear una nueva familia feliz.
Siempre he dicho que nosotros como pareja jamás hemos tenido un problema que no fuera solucionado con inteligencia y rapidez. Eso en mucho se lo debo a tener una pareja madura a mi lado, que lleva experiencias y que le resulta fácil resolver y buscar soluciones a cualquier situación y conflicto.
Yo por mi inmadurez e inexperiencia debo reconocer que me declaro incapaz de resolver asuntos que yo pensé que estaba haciendo de manera correcta. Hoy es un día para recapitular muchas cosas, formas, actuaciones y decisiones que seguramente he de tomar.
No soy perfecta, ser madre a mi edad con hijos adolescentes y de diferentes edades es algo que en muchas ocasiones me puede. Sé que cada hijo es diferente, sé que hay reglas básicas que me gustan se cumplan y que puedo verles de manera individual con virtudes y carencias, saberles ayudar y saberles aconsejar. Lo difícil es aconsejarles y que esos consejos sean bien recibidos.
Los conflictos constantes en los hijos es la orden del día. Estoy segura de que siempre es posible establecer nuevas relaciones familiares, aunque a veces requiera enormes esfuerzos.
Las cuestiones que se deben tener en cuenta, luego de haber intentado otros medios están relacionadas con los momentos vividos por los integrantes de la familia. Ahora visualizo y me doy cuenta de que debemos considerar que han sufrido una pérdida al igual que nosotros y el resto del grupo familiar.
Al formar un nuevo núcleo, deberemos de volver a crear ciertos lazos imprescindibles para la convivencia, pero de ninguna manera podemos pretender que nuestros hijos superen la etapa anterior, ni que puedan reemplazar los vínculos sin antes asumir la situación entre sus padres.
Muchas veces los nuevos matrimonios muestran costumbres diferentes que pueden generar polarizaciones que los alejen de sus nuevos familiares.
Estas creo son algunas formas de aclimatar a la nueva familia
-Reconociendo y lamentando lo que han perdido.
-Desarrollando nuevas maneras de tomar decisiones en familia.
-Fomentando y fortaleciendo las nuevas relaciones entre padres, padrastros, hijastros y hermanastros.
-Apoyándose mutuamente
-Permitiendo la continuidad de las relaciones familiares anteriores, más allá de la distancia que los separe.
Este tipo de conflictos suelen resolverse favorablemente con la ayuda de todos, incluso con el apoyo de los abuelos, muy importantes para los hijos en estos momentos.
Sin embargo, existe también la posibilidad de que sea necesaria la intervención de un profesional especializado que evalúe los siguientes síntomas, en caso de que aparezcan:
-Aislamiento y nula aceptación de la ayuda, para superar la crisis
-Encrucijada entre las dos familias y demasiada presión para decidirse por una de las dos
-Estar demasiado enojado por sentirse culpable de la situación
-Inseguridad en todos los aspectos
-Alejamiento de todos los familiares y amigos
-Enojo feroz contra el padre o padrastro y actitud violenta contra algún familiar
Según mi experiencia estos pueden ser los posibles orígenes del conflicto en los hijos
-Poca atención del padre o madre para con el joven, por cuestiones laborales o de estrés
-Mayor atención a otro de los hijos del ex matrimonio
-Desautorizar al nuevo o nueva integrante de la familia (padrastro o madrastra)
-Dejar de disfrutar de las actividades normales
Las relaciones de los hijos con su nueva familia, pueden ser normales y satisfactorias en caso de que nadie pretenda imponer cariño u olvidar el pasado, pues ellos en general, son los que mayor predisposición tienen a llevarse bien con los otros, pero también, los que mayores trabas encuentran...
De cualquier manera, es importante que como padres encontremos la solución y el consenso, aceptar lo que, de primera instancia, puede ser algo drástico pero que sirva a largo plazo para afianzar esos lazos de amor y de familia que siempre han de existir en el nuevo núcleo familiar, lo que si no se debe permitir es que sean los hijos los que nos marquen las formas y el ritmo que debe seguir la pareja, ya que deben aprender que la nueva pareja no es competencia sino es alguien más que viene a amar y cuidarles.

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