lunes

Inquisidores del Siglo XXI

"Yo no cito a otros más que para expresar mejor mi pensamiento."

Michel Eyquem de Montaigne




Esta precisamente no era la entrada que deseaba colocar hoy, pero en vías de la inminencia de ciertos acontecimientos futuros, no podía dejar pasar la oportunidad de hacer algunas aclaraciones.
Una vez más dejo explícito que mi gusto por el BDSM es algo que me es tan necesario como el respirar o pestañar, me es tan básico y vital como esas acciones que son realizadas de manera involuntaria por nuestro cuerpo. No se le ordena a los pulmones aspirar o a nuestros ojos pestañar. Cuando digo involuntario es en referencia al tipo de movimiento que hace el músculo, que no es controlado por la mente pero se realiza en pro y beneficio del cuerpo.
No soy profesora pero una vez más dejo explicado lo que siento y deseo: El BDSM que vivo y practico no tiene nada que ver con violencia doméstica o maltrato de género o de ninguna especie, sino reconocimiento, respeto, compromiso, complicidad, confianza y amor.
No entiendo como aún está mal visto ante la sociedad el BDSM, o más bien diría que muchos se dejan influenciar intencionadamente, por interés, curiosidad o morbo por cosas que vemos cuando pones en el buscador BDSM y si no lo buscamos con seriedad y despreciando los resultados "exhibicionistas", probablemente te lleve a páginas y blogs que denigran en mucho lo que es este estilo de vida, porque lo que muchos muestran con orgullo y presunción, sólo es ante mis ojos y mis gustos, aberraciones, abominaciones, maltratos, falta de amor propio y falta de sentido común, de autoprotección y autoestima de los participantes, no dejando de ser nada más que una excusa de prácticas de maltrato de género por personajes indecentes que se escudan bajo una siglas "BDSM" para ocultar su enfermiza personalidad, no sintiendo ni entendiendo el significado de las mismas. Mi BDSM es innato, lindo y puro, CONSENSUADO, SANO Y SEGURO.
Tengo que reconocer que quizá en mi anterior relación hubo maltrato de género, físico, mental y emocional pero cuando estaba dentro de esa relación no lo veía de esa manera porque era principiante e inmadura, sólo conocía por libros y textos y caí por desgracia en las manos de un ser humano depravado y con un concepto de BDSM errado totalmente de la realidad que no tenía nada que ver con el que ahora comparto, vivo, comprendo, entiendo y acepto.
Ahora me cuestiono ¿qué me motivó a entregar el poder de mi vida a un ser humano que resultó ser un maltratador? No la entregué para ser maltratada, la entregué por deseo, por placer de aprender y que se me tratara como una mujer especial pero como todos, no soy perfecta y siempre existe la probabilidad de equivocarse y errar. Fue lo que me sucedió a mí y lo único que realmente fui fue su VÍCTIMA.
No entré a aquella primera relación por falta de autoestima, o por la falta de confianza, incapacidad de tomar responsabilidad por mí misma, o historial familiar de abuso y violencia; o abuso de sustancias controladas, frustración, y/o la falta de amor hacia uno mismo ni nada por el estilo. Esta es una situación que no sufren solamente las mujeres de pocos recursos económicos, poca educación o cultura, sino hasta las más profesionales y exitosas y la única razón se puede resumir en inexperiencia y quizá con la complicidad de la soledad, era muy joven, inmadura e ignorante y se aprovechó totalmente de mí.
Hace aproximadamente dos siglos era aceptado que el hombre “disciplinara” a su esposa por no haberle obedecido o por no haberse comportado como era esperado. Esto era bien visto hasta por las mismas mujeres, pues al hombre había que rendirle obediencia absoluta. Eso no era BDSM, nunca lo fue y sí maltrato de género.
Estamos en el siglo XXI y todavía padecemos la intransigencia y rechazo por un concepto generacional inadecuado donde aún cuesta tomar el control de nuestra vida y acabar con la relación de maltrato, porque todos los que me están leyendo si son honestos reconocerán que un maltratador está mucho mejor visto por una sociedad "machista" e incluso justificado su comportamiento que una mujer que expresa públicamente su sexualidad y lucha por sus libertades, derechos y por su estilo de vida.
Pero por esa misma razón, hoy por hoy si proclamo públicamente mi gusto y deseo de vivir mi vida en una relación 24/7 BDSM es porque estoy en mi mejor momento como mujer y ser humano total y completo y no porque tenga algún tipo de carencia física, emocional o mental.
Hace algún tiempo que viví el maltrato y sé lo que se siente cuando se está en una relación abusiva. En esa época no tenía tanta conciencia (madurez y experiencia) ni tanta ayuda como la que tengo ahora y sé que se puede salir de la oscuridad para tener una nueva y mejor calidad de vida, pero parece que algunos nunca desean olvidar y lejos de valorar la situación desde su justa medida, si porque yo lo único que fuí fue una ingenua víctima en manos de un vil maltratador, me siguen juzgando y arrojando a la cara escenas y recuerdos, incluso recreándose en ellos para intentar lesionar esa autoestima, integridad y carácter que argumentan que no poseo.
¿Qué pasos hay que seguir para superar ese daño sufrido y retomar el control de nuestra vida? Lo primero es amarse y valorarse a si misma, luego hay que entrar en acción y buscar ayuda (de ser necesaria). Todos los días vemos y escuchamos anuncios donde dicen a dónde acudir en caso de maltrato. En mi caso personal, Dios envió varios ángeles que me ayudaron, entre ellos a mi actual Amo y Dueño, a mi esposo ArkadiusN. Si lo pude hacer con los pocos recursos que tenía en ese entonces cualquier persona puede huir de una relación de maltrato.
Es necesario reconocer que somos seres humanos, con nuestra dignidad y autoestima y que NO necesitamos ser maltratados. La energía universal se manifiesta en nuestra vida y solamente tenemos que pedir para que todas las puertas se nos abran y llegue lo que pedimos. Sin embargo, es necesario que uno mismo se ayude, lo reconozca y entre en un proceso de sanación para no volver a recaer. La tan escuchada frase “perdóname, no lo vuelvo a hacer” es más que conocida por las que hemos pasado por esta experiencia y sabemos que en la inmensa mayoría de los casos no es cierto.
YO escogí vivir una vida libre de maltrato, una vida en paz. Me levanté y grité ¡BASTA YA! Busqué ayuda. Cuando di ese paso y sané pude reconocer lo que estaba mal, el daño que me habían hecho y aprender de eso, y ver las señales para poder continuar un camino que me hace feliz y completa.
Hoy vivo mi vida con el aderezo del BDSM, que me es vital y necesario, disfrutándolo, pero eso no significa que me gusta ser una mujer maltratada. MI BDSM NO ES MALTRATO DE GENERO sino por el contrario y sorprendentemente para muchos, no hay golpes ni ningún tipo de práctica que me produzcan lesiones, marcas o daño alguno, ni hago cosas que me denigran como mujer ni como persona…
Aunque muchos no quieran o deseen entenderlo porque para sus intereses no les conviene, no me marco ni me marcan mi cuerpo con agujas, tachuelas, clavos, con golpes con fustas, rebenques, gatos, etc., tampoco maltrato mis senos ni nalgas ni ninguna parte de mi cuerpo ya que lo considero el templo donde mi Amo viene a adorarme, mi cuerpo es el vehículo para expresar Su amor y deseo (y el mío propio) hacia y por mí. Tampoco me verán jamás haciendo cosas que van en contra de mi seguridad física, mental y emocional y mi BDSM me encamina a través de situaciones consensuadas a una plenitud de placer, amor y deseo a mi totalidad y culminación como mujer y el placer de mi pareja.
Basta ya de esos burdos intentos de querer hacer ver que mi BDSM es Maltrato de Género, soy un ser inteligente, completo, muy capaz de tomar y determinar mis propias decisiones y que en mi reconocimiento por mi BDSM me acepto como una mujer con una autoestima elevada y un reconocimiento y libertad superior a muchas mujeres que viven relaciones tradicionales. No permito que se me manipule malintencionadamente por mi estilo de vida bedesemero y si me toma toda una vida hacerme respetar por esto lo haré, lo que me sobra es tiempo porque el sentimiento y tolerancia, el respeto y la comunicación están presentes y sólo pido y exijo tener el mismo derecho y libertad de elección que el resto de seres humanos.
En resumen, mientras continúen intentando manipularme mentalmente y con esas actitudes que lo único que buscan es "condicionarme mental y psíquicamente" disfrazando una nueva forma de maltrato, con un rechazo total a mis derechos como ser humano, continuando tan ciegos y sordos selectivos, no van a conseguir hacerme sentir ni reconocer como la enferma mental o con carencias mentales, ni tampoco la enferma sexual con carencias sexuales o con cualquier otro tipo de carencia que les interese y les gustaría poder encontrar en mí. Más bien ahora mismo y hoy por hoy soy un ser humano perfectamente pleno, completo y consciente de sí mismo, sé mis debilidades y mis virtudes, porque soy tan normal como el resto de la gente. Me amo a mi misma tal cual soy y por ende puedo amar a mi pareja, se distinguir lo que deseo y lo que me conviene, se discernir entre lo que amo y lo que no y sobre todo se la diferencia entre el BDSM y el maltrato de género, y también distingo de forma diáfana lo que son los estándares de la sociedad y los estándares de mi hogar, lo cual muchos no reconocen en su intimidad. Invito a toda esa gente que se creen con el derecho de juzgar mi ‘supuesta problemática’ de BDSM a que se busquen en su propia intimidad y me digan quien es más "libre" si ustedes por vivir de apariencias superficiales o yo en mi esclavitud reconocida y voluntaria pero disfrutando con total libertad y sentimiento mi vida. Tomen un espejo y vean su reflejo tal cual es y sólo entonces mirándome a los ojos díganme la respuesta.

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