Dominación y sumisión... Placeres y deseos en Luna Nueva

"He de aprender a desapegarme de las cosas y de la gente,
a saber decir adiós.
Cuando uno toma una decisión la debe llevar hasta el final,
pase lo que pase y le duela a quien duela."

Lyra

"Del árbol del silencio pende el fruto de la seguridad."

Proverbio árabe

A pesar de que estoy en mis días, mi Señor también gusta de que nos amemos y tengamos nuestras sesiones, esta vez son más cariñosas, delicadas, con mucha ternura y empatía de Su parte... Logrando siempre que a pesar de lo fatal que a veces suele venirme la menstruación, logre que esos días se pasen como los demás días del mes...

Tus manos amorosas y atentas provocan maravillosas sensaciones a un cuerpo sensible y entregado como es el mío. Por medio de masajes y caricias que acostumbras obsequiarme cuando estoy en mis días para que mis músculos se relajen, los nervios se me tranquilicen, el estrés y las tensiones diarias se desvanezcan. Mi piel despierta de su sueño y vibra con corrientes de placer que me recorren de la cabeza a los pies. A través de Sus manos, Mi Señor y Mi Amo, mi amante me transmite Su protección, Su ternura y Su deseo. Dejamos a un lado las tensiones que conlleva el sexo focalizado en la obtención del orgasmo y el someter el cuerpo sino que volvemos el ritual de una sesión en una donde mi Señor logra que luego de Su ternura y amor manifestados en Sus caricias, mi entrega y mis deseos sean desenfrenados logrando que mi cuerpo y mi mente, mi espíritu y todo lo que me hace ser una mujer esclava reclame que me posea y provoquen en mí deseos de una sesión donde se pueda entregar sin límites el alma además del cuerpo y el corazón… Una sesión de ensueño… Nos entregamos a los goces del juego sensual y de la intimidad compartida. Ello abre, en nuestra convivencia, una nueva dimensión sumamente placentera y gratificante (durante los días donde la Luna está con su luz roja).

Lo primero para lograr que ‘estos días’ sean unos especiales ArkadiusN establece un tiempo único y exclusivamente dedicado a mi cuerpo, a lograr con esas caricias y/o masajes a lo que llamamos “petting” (de eso he hablado antes, creo) en que no seremos interrumpidos ni molestados. La habitación está a una temperatura agradable para ambos (no en el desierto del Sahara o en la era glacial polar) y la superficie donde me tumbo, suficientemente acolchada. Edredones y cojines, los mismos que adornan nuestro lecho, Mi Señor dice siempre ~’demasiados en nuestra cama’~, pero siempre divinos cuando deseamos masajearnos, acariciarnos o jugar en los preliminares, nos dan comodidad (entonces no se queja para nada). Es esencial que lo que hacemos resulte placentero para ambos. Una luz tenue, el aroma de temporada (mezcla de manzana, canela, jengibre, pino y miel,…. hummmm ricooo) es el que está en nuestra alcoba a estas fechas, una música suave y relajante, e incluso compartir una copita de vino y unos bombones, hacen que todos los sentidos participen de la experiencia y propicien un clima de sensualidad y de erotismo (olvidando ‘mis días’). Comenzamos con mi cuerpo desnudo y tumbada boca abajo. Cubriste mis piernas con una toalla grande y aterciopelada, dejando al descubierto mi espalda y la mitad de las nalgas. Pusiste las palmas de Tus manos abiertas y relajadas, una a la altura de mi corazón y la otra donde acaba mi espalda. Allí permaneciste unos instantes atento a mi respiración y a la tuya. Este tiempo de quietud es esencial, ya que nos permitió la transición hacia el estado de concentración en uno mismo y en el otro, necesario para sentirnos en toda su profundidad e intensidad.

Antes de comenzar, me cubriste de caricias. Usaste las yemas de Tus dedos; también la palma de Tu mano, pero deslizándola con ligereza. Mi cuerpo te indicaba los caminos que pueden seguir Tus caricias; básicamente sigues Tus instintos y mis reacciones… Jugaste también con recorridos circulares, ondulados, en zig-zag; manteniéndote siempre atento y sensible a mis reacciones. Cada caricia siempre diferente. Repetidas varias veces seguidas, variando sutilmente la velocidad, el recorrido, la presión, la amplitud. Conoces mi cuerpo el cual se complace especialmente en esa combinación de previsibilidad y variación. Y me preparas para degustarme, con mayor plenitud y completamente seguro de lo que ya conoce, y al mismo tiempo necesita la variación para seguir sorprendiéndome e interesándome. Embriagada de Tus caricias, Me vas moldeando con Tus palmas saboreando cada curva, cada forma; lo duro y lo blando, lo firme y lo suave. Enlazas unos movimientos con otros de modo que ese contacto, esa caricia se experimente como un flujo continuo de sensaciones y contacto. Esa parte posterior del cuerpo tiene una musculatura más fuerte (yang), y agradece un masaje (o caricia) con más presión y con amasamientos vigorosos en las nalgas y parte posterior de los muslos. La parte anterior de mi cuerpo es más delicada (yin), y aquí expresas más plenamente Tu ternura y delicadeza. Dejas que Tus manos se muevan en expresión de Tus sentimientos hacia mí, de Tu deseo de hacerme disfrutar de unos momentos de pleno bienestar y felicidad.

En resumen…

Tus caricias, Tus manos o las yemas de los dedos recorren mi piel, livianas como plumas y con lentitud. Luego, me preparas para darte placer con mi boca que te espera expectante y deseosa de saborearte y degustarte, excitado todo mi cuerpo te reclama en un compás que luego unido al sonido de nuestros gemidos y jadeos hacen una hermosa sinfonía. La cual culmina luego de un momento intenso e infinito en Tu lluvia blanca sobre mí, la cual adoro en verdad… Rico néctar de mi Dios que tibiamente calienta mi rostro, mi cuerpo y que sigilosamente degusto por las comisuras de mis labios…

Hoy soy yo la que deseo que mi hombre me idolatre, y baje a Su Templo, hoy soy Su Diosa y como tal deseo ser tratada...

HOY SOY YO QUIEN TOMA LA INICIATIVA

Y EL CONTROL...

HOY SOY YO EL TEMPLO Y TU MI FIEL ADORADOR...

HOY SOY SU DIOSA Y DULCE KAJIRA

Pero para bien o para mal, hoy además de ser diosa deseo ser la amante, así que aunque soy Su Templo también SOY LA SERVIL ESCLAVA QUIEN VIENE A ADORAR…