Desnudándome... por exigencias del guión

"El hombre sabio contempla lo inevitable

y decide que no es inevitable...

El hombre común contempla

lo que no es inevitable

y decide que es inevitable."

Zhuangzi

"Me gustan mis errores.

No quiero renunciar a la deliciosa

libertad de equivocarme."

Groucho Marx

Muchas veces he pensado que este rinconcito solo es para expresar mi sentir junto al hombre que hoy comparte mi vida, sentido y vivido bajo el manto de lo que me es tan necesario y vital en mi existir, mi sentimiento de amor y entrega bajo un estilo de vida poco aceptado ante la sociedad, MI BDSM. Pero ¿qué sucede cuando se tiene a un profesor pertinaz que le dice a una que fue Él quien me escogió para pertenecer a su selecto grupo de estudiantes de este trimestre? Pues mi respuesta que no se hizo esperar fue, “¿olvida Usted que mi perfil llegó a Sus manos porque en primera instancia fui YO quien le escogió a Usted?” Seguramente pondría cara de ‘Usted tiene razón Señorita’, pero la verdad es que en este momento poco me importa el orden de los sucesos o quien tiene la razón porque la culminación o el resultado fue el que ambos deseábamos. Lo importante es que Usted y yo estamos donde deseamos y tenemos lo que queremos. Usted me tiene como una estudiante diferente que le incita con nuevas ideas y desafíos y Usted despierta en mí ese morbo de aportar nuevas formas de enfrentar su asignatura que resulta toda una provocación con ese toque de dificultad extrema que me hace, por mi propia naturaleza rebelde e indomable, tomarlo como un asunto no solo profesional sino también de índole puramente personal. Usted me ha asignado un trabajo: haga una monografía de Su vida y expóngala en su espacio personal y he aquí el resultado.

Ahora resulta que este rinconcito no va a ser utilizado solo para evaluar a la mujer sino también a la joven estudiante profesional, ver en su esencia más pura e íntima las formas en que ella se expresa y ver en donde necesita poner un poco de más énfasis para ir perfeccionando el idioma. Me gusta la idea, más aún porque creo ser la única estudiante que ha tenido la osadía de sugerirle que dé el curso en inglés y no en su lengua, jajaja. ¿Afrenta, desafío, reto o simple inocencia? Júzguelo Usted mismo y llegue a su propia conclusión, pero mi respuesta en ese momento fue natural, libre y espontánea tal cual soy, y bien aceptada por Usted que dio muestras de tener mucha madurez y percatarse de que no fue una falta de respeto a su persona sino la simple respuesta de una chica que jamás deja de estar sorprendida por las vueltas que tiene la vida.

Siempre me he considerado una chica común y corriente. La última época de mi vida puedo decir que ha sido de mucho crecimiento, rápido, intenso, y fogoso. Quizás viviendo cada día como si fuera el último de mi existencia. En ocasiones siento que muchos piensan al conocerme que mi vida es exitosa y he conseguido grandes cosas y no niego que hasta yo lo he pensado en alguna ocasión, pero la realidad es que en este momento esto carece de importancia.

Estoy terminando un doctorado algo complicado pero que no solo llena de orgullo y satisfacción a mi pareja sino que a mí también. Tengo dos trabajos que me apasionan y me encantan, pocos amigos (solo tres) que son más que suficientes y considero que estoy logrando todo lo que ante la sociedad es ser una triunfadora. Lo que quizás muchos no comprendían es que llegar hasta aquí y ser una mujer ante todos “exitosa” ha costado mucho esfuerzo y dolor, en otras palabras tenía muy dentro un vacío… si, un gran vacío…

Ese hueco que sentía era encontrar mi identidad como mujer completa y total. Lo peor era esa sensación de que cada día era igual al anterior, que no había matices de colores sino que era un permanente gris. Simplemente cualquier día era lunes o jueves, domingo o sábado, daba igual siempre era de tonalidad gris. Era igual que estuviese soleado o tormentoso, lo que sí era una constante fue el sentimiento de rutina y asco que me producía cada nuevo amanecer. Cada día al ir a trabajar me preguntaba ¿para qué ir?, si seguramente mi simple presencia era una amenaza para todos lo que me rodeaban… Sí, iba a trabajar porque mi trabajo no solo era muy importante para mí sino también para mi empresa. Olvidé por mucho tiempo a la mujer que se miraba en el espejo, a esa que muchas veces se reía de mí y de mis sentimientos. Cada día que marcaba en el calendario era igual al anterior, así fue por mucho tiempo. Desahogaba en mis diarios todo (costumbre que conservo desde que tengo uso de razón), y allí recordar y conservar los momentos donde las tristezas se convertían en alegrías, para que la amargura diera paso al regocijo y quizás esperanzada en que eso me sirviera para llenar EL VACÍO, y fue entonces cuando me di cuenta que me había tejido a mi alrededor una gran coraza, una chica valiente con una carita de payaso y una gran sonrisa estampada en mis labios.

Me refugiaba en mi trabajo, algunas veces con mucha apatía otras de manera rutinaria, días grises… Tenía la sensación de que en mi vida ese tiempo que en definitiva era lo más importante, se me escapaba de mis manos y que aunque no lo podía ver, lo intuía en algún lugar que obviamente no era donde estaba. Así que tenía que encontrar como llenar ese vacío…

Entré antes de tiempo a la universidad para compensar esa carencia pensando que estaba motivada como consecuencia del crecimiento profesional. Así que mientras más difícil se colocaban las piezas de ese ajedrez, más tenaz era mi anhelo de llenar esa ausencia que sentía en mi interior. Llegué a pensar que todos en ese lugar se sentían igual que yo. Era de esa forma como deseaba verlo para que fuera normal, continuando con una vida gris que hasta cierta manera me brindaba seguridad. Durante esa búsqueda conocí mucha gente, y llegaron a mi vida mis únicos amigos… Se tornaron mis días un poco más coloridos y me di cuenta de que tenía que tomar otro rumbo, cambiar mi forma de pensar y eso en palabras simples y llanas era ‘TENGO QUE REINVENTARME…’

Me considero una chica tímida y a veces algo asustadiza. No me gustaba que se reconociera con orgullo el fruto de mi trabajo y ahora que escribo esto me doy cuenta que tampoco hacía nada para mí. Y fue entonces que un libro que para mí era muy importante y especial, ese ejemplar que era mi preferido, me lo envié yo misma por correo… Sí, has leído bien, yo misma. ¿Saben a que conclusión llegué? Que volvía sentir ILUSIÓN y trataba de recordar cuándo fue la última vez que la había sentido. Descubrí que estaba haciendo las cosas muy mal y fue entonces que comprendí que tenía razón de sentirme tal cual me sentía y que peor aún, no me diera cuenta de que ese sentimiento pudiese empeorar aún más.

Soy una mujer sorprendente, aunque soy consciente de que no está bien que sea yo quien lo diga, hablo varios idiomas y ahora enriqueciendo mi castellano (español). Deseaba retomar la pintura, el tocar el piano y el violín, continuar haciendo deportes extremos y hasta porque negarlo, ver como volvía ser atractiva para los hombres (y algunas chicas). Se inventaban fábulas de que yo era de esa forma tan especial para llamar la atención porque era muy selectiva y que era toda una felina en la intimidad. Jajaja, definitivamente es que mito o no, se tejió a mi alrededor una fama de ser una chica tan deseada como "femme fatale". En mi trabajo gozaba de mi mejor momento, teniendo incluso la libertad de tomar decisiones que podían incidir de forma importante en los demás y no se me cuestionaba nada. En mis viajes aprendía a convivir con personas de distintas culturas, esa es la ventaja de trabajar en una multinacional. Ante todos con mi coraza y mi máscara muy bien puestas daba a demostrar que parecía ser una mujer segura de sí misma que realmente sabía lo que quería y a donde deseaba ir exactamente, que hacía lo que debía y rara vez se detenía ante algo o alguien. En definitiva, me había ganado a pulso la reputación de mujer fría, calculadora, inalcanzable, dura, insensible e inhumana, y en cierta medida así era.

Me divierte pensar que cada vez que llego a mi trabajo, planifico un nuevo viaje y me planteo cumplir mis objetivos sin que los demás o sus situaciones me importen mucho, encuentro en el país al que voy, aunque todos vivan una vida miserable en condiciones infrahumanas, que harán lo imposible porque yo pase un buen rato y un buen momento sin que les fastidie más de lo necesario. ¿Saben? me gusta que piensen así, negarlo sería mentir y odio las mentiras. Así soy, que le voy a hacer, es una parte de mí que no quiero cambiar y quizás es la razón verdadera por la cual estoy aquí en este momento.

Tenía la sensación de que la vida tenía que ser mucho más que aquello, que había algo que no funcionaba. Pasaba por todas partes con miedo y cargaba con las culpas de todos. Hubo momentos en los que sentí que sobre mi espalda llevaba el peso del mundo entero, y no hay que olvidar que hay gente muy gorda.

Siempre he sido una mujer con un humor fino y mordaz, heredado a saber de quién. Sin embargo, cada vez que soltaba la lengua alguien se venía abajo, y yo no quería eso; quería que la gente se riera conmigo, que se sintiera bien, que se sintiera mejor. Pero cada vez que abría la boca alguien parecía haberse tragado un limón. Poco a poco fui hablando menos, y llegó un momento en el que sólo hablaba lo justo. Hablaba de lo único que conocía (de mí). Entonces dejé de hablar. Contestaba cuando se me preguntaba y el resto del tiempo permanecía callada, observando, sacando conclusiones. Así estuve durante mucho tiempo, y ahora sé que la mayoría de aquellas deducciones estaban mal. Al comprender que todo de lo que presumías que sabías era erróneo, hizo cuestionarme muchas cosas. Supongo que por eso Sócrates dijo “Sólo sé que no sé nada.” A partir de esta gran lección, dejo saber mi sentir, soy tal cual soy y me importa poco o nada lo que opina y haga la gente.

Tuve que cambiar, romper, reconstruir, remodelar y edificar muchas veces, y espero seguir haciéndolo. Voy cogiendo práctica. Y ahora empiezo a entender cómo funcionan las cosas. Lo que realmente me ha dolido es perder la amistad de alguien que para mí era muy especial, que siempre fue anónimo pero que se ganó un espacio en mis pensamientos, mi corazón y mi propia vida… Ya nunca lo sabrá, porque duele perder a quienes queremos sin que jamás se lo hayamos dicho. Supongo que, por fin, empiezo a entenderme cómo funciono; comienzo a comprenderme. Y la vida ya es completamente diferente a lo que era. Es un lugar cómodo y a la vez trepidante, un sitio en el que todo gira a mi alrededor, ese lugar privilegiado que me corresponde en mi propio mundo. Sigo viendo la vida como una película, pero ahora es una comedia Technicolor, sonido THX y hasta 3D por momentos. Ahora, cuando alguien me dice lo que tengo que ser o hacer, respondo “¡Y dos huevos duros!” ( http://www.youtube.com/watch?v=KsLVIrNWosM ), y en algún lugar se oye una bocina y yo me parto de la risa. Es como si las cosas empezaran a caer en su sitio por la propia gravedad, como si todas las piezas de ese puzzle que es nuestra propia vida estuvieran encajando poco a poco, como si todo estuviera tomando forma, sentido. Y yo, sentada en mi sillón, tranquila, serena, pero trasto, cabronaza y traviesa, conservando la esencia de quien soy… sólo tengo que ir tomando todo lo que de alguna manera sé que me pertenece. Como si la vida, mi vida, por propia inercia cada vez resultara más difícil detenerla.

Mi vida es maravillosa y es un gran privilegio vivirla… A pesar de todo, no cambiaría nada en ella si eso me asegura lo que hoy por hoy estoy viviendo, la felicidad que he me ha obsequiado, las oportunidades que día a día tocan a mi puerta, la familia que ahora cuido y me cuida, el amor incondicional de mi pareja y los amigos que no necesito tener a mi lado 24/7 para saber que siempre están ahí.

(Encargo cumplido)