"Un maullido es un masaje al corazón."
Stuart McMillan
"El gato posee belleza sin vanidad,
fuerza sin insolencia,
coraje sin ferocidad,
todas las virtudes
del hombre sin sus vicios."
Lord Byron
Como bien reza una cita que ‘los perros se creen humanos y los gatos se creen Dios’, como dice mi Señor ArkadiusN, no hay más verdad que esa. Me pregunto yo… ¿acaso lo dice por la experiencia de tener una gatita a Sus pies? ¡Jajajajajajaj! Hoy se me antoja hablar un poco del por qué me identifico tanto con los gatos… Esto está bajado de varias páginas de internet (editado a mi manera), y al final, un video que tanto me gusta, que dió pie a que hoy por hoy me digan gatita, ¿adivinarías la razón por la cual todos tiemblan cuando digo meowwww? ¡Jajajaja!
Somos curiosos, de reflejos sorprendentes, precavidos, astutos, con una asombrosa capacidad para distinguir peligros, autónomos, voluntariosos, domésticos y a la vez con ciertos rasgos salvajes, sociables únicamente cuando queremos, territorialistas y desconfiados, esos son sólo algunos de nuestros interminables atributos. Además, nos conocen más que todo por nuestra gran inteligencia, que si bien se hace parte de nuestra naturaleza, puede desarrollarse mejor cuando contamos con amos que desde nuestros primeros días nos estimulan. Así lo confirman los expertos en etología (comportamiento animal), quienes aseguran que lo más importante para que el cerebro del gato dé todo su potencial es que sus amos les brinden afecto, seguridad y jueguen con ellos. De hecho, los que somos bien tratados y queridos establecemos una relación con nuestro amo claramente jerárquica, pues distinguimos claramente quién es nuestro dueño y con ello nos hacemos altamente fieles, aunque es posible que para ello requiramos un tiempo largo de convivencia.
Gozamos de una personalidad realmente interesante y nuestra independencia hace que muchos dueños se sientan abandonados cuando ven llegar la noche, ya que su mimado abandona el hogar y se adentra en los secretos de la ciudad. Jajaja, bueno eso creo es más por los gatos machos, porque a mí me gusta permanecer a los pies o en el regazo de mi Señor.
Aristocráticos y agudos, cazadores, cariñosos y por sobre todo independientes son algunas de nuestras características. Pero no deben olvidar que como en todas las razas hay distintos temperamentos y que entre ellos deben buscar el que más se acerque a su forma de vivir y ser. Tenemos personalidades polifacéticas y por supuesto algunas mañas.
Somos en esencia un animal independiente, curioso, dormilón, de admirable destreza física. Nuestras características de flexibilidad corporal y resistencia nos convierten en un gimnasta natural capaz de realizar innumerables piruetas, saltos y trepas casi por cualquier parte. Pero, sin duda nuestra principal característica es la personalidad. Para tratarnos se deben poner en nuestra posición, es decir pensar como un gato.
Nosotros queremos nuestro propio espacio, el cual debe ser respetado para una adecuada convivencia. No debe olvidarse que somos seres independientes, muy distinto a los perros por ejemplo. Sin embargo, ¿cómo los vemos a ustedes? La respuesta es muy simple, muchas veces los vemos como si fueran nuestras mamás. Pueden notarlo cuando nos acercamos con la cola en alto al igual que los cachorros corren hacia su madre gata. Reclamaremos cuando tengamos hambre, nos sintamos incómodos o simplemente demandemos atención tal como lo hicimos cuando éramos pequeños.
Según ArkadiusN de las cuatro personalidades de los gatos la mía es la de los caprichosos. Sería mejor decir que somos gatos sensibles y susceptibles. Enseguida lo tomamos todo a mal y nuestro “enojo” puede durar horas. Y mucho cuidado con que alguien quiera quitarnos algo que habíamos visto antes, porque disponemos de muchas artimañas para dejar bien en claro quién es el que lleva la batuta. No somos gatos para gente ruidosa pues somos nerviosos y asustadizos. Aunque algunos científicos señalan que los colores podrían determinar nuestro carácter, aun no se ha llegado a una conclusión. La mejor recomendación que le podemos dar es observarnos, para que aprendan de nosotros y así también nosotros asimilemos las costumbres del hogar.
Dentro del factor temperamento encontramos todas las características heredables incluyendo nuestra adaptación misma que dependerá de nuestra edad ya que si somos jóvenes tardaremos poco en adaptarnos tanto al cambio de hogar y como si tendremos hermanos.
Y es que hay algo en nuestra personalidad que inquieta a la especie humana, que no acaba de comprendernos… "a ese enigmático compañero de ojos intensos, que guarda tanto las distancias..."
Controlamos nuestras emociones mejor que los humanos, somos más ágiles que los perros o cualquier otro animal doméstico. Autosuficientes, controlados, independientes, fuertes, silenciosos, dotados de una estructura física excepcional, la fortaleza de nuestros músculos sólo decae con la edad.
Sin embargo, a menudo no nos entienden y esto se debe a que, a diferencia de los perros, mucho más miméticos, somos muy distintos a nuestros amos. Por ejemplo, al igual que los seres humanos, los perros son animales gregarios, que dependen de la compañía de los de su especie. Nosotros, no.
Ambos hemos desarrollado un lenguaje corporal de acogida: los humanos sonríen y saludan; los perros se agitan, dejan caer las orejas y mueven la cola. Pero, nosotros tenemos un comportamiento distinto, al encontrarnos aún en un proceso evolutivo, desde el estado de cazadores solitarios al de especie sociable. Nos incorporamos a las especies domésticas más tarde que cualquier otra especie animal y de pronto, durante este siglo, nos hemos vuelto populares hasta el punto que se calcula que en el mundo somos más de 200 millones, lo que nos convierte en los felinos más celebres de la historia.
"Las mujeres y los gatos

hacen lo que les place;
los hombres y los perros
deberían relajarse
y acostumbrarse a esa idea."
Robert A. Heinlein
"Consigna gatuna:
no importa qué hayas hecho mal,
intenta siempre que parezca que lo ha hecho el perro."
Anónimo


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