sábado

¿Roble o bambú?

"Si se siembra la semilla con fe
y se cuida con perseverancia,
sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos."
Thomas Carlyle

 "Las grandes obras son hechas no con la fuerza,
sino con la perseverancia."
Samuel Johnson

 


Todo buen Dominante sabe que para poseer una buena sumisa y eventualmente desarrollarla, si es el deseo de ambos, en una buena esclava se requiere que la sumi posea en su interior una buena semilla.
Es deber del Dominante entonces cuidarla, proveerla de buen abono y riego constante para hacer que esa semilla en su día crezca, se desarrolle y provea buenos frutos. Ese Dominante que ha de cultivarla tampoco tiene que impacientarse frente a la semilla y forzar su crecimiento.
Muchas veces comparo esa semilla que toda buena sumisa lleva en su interior con la semilla del bambú japonés sencillamente porque esta planta no es apta para personas impacientes y cardíacas y tiene la particularidad de que hay que cuidarla, abonarla y regarla constantemente.
Cuando se siembra y comienzan sus cuidados, durante los primeros meses no pasará absolutamente nada que sea apreciable. Realmente, a simple vista no sucede nada en los primeros siete años. Para alguien que carece de paciencia y tenacidad es algo frustrante, que día a día cuide, abone y riegue una semilla que en apariencia no responde y da la sensación de que no pasa absolutamente nada. Lo más lógico sería pensar que esa semilla simplemente era estéril.
Una vez transcurridos esos siete años, de cuidado constante, en tan solo seis semanas, esa semillita se convierte en una planta de bambú que crece más de 30 metros, ¿increíble, verdad?, y cualquiera pensaría, ¿pero es que sólo ha tardado seis semanas en crecer?, obviamente que no. La realidad es que le ha tomado siete arduos años y seis semanas el desarrollarse. Esos primeros siete años de constante cuidado y de aparente inactividad, esa semillita estaba generando un gran complejo de raíces que sustentarían el crecimiento acelerado que vendría después.
Generalmente vemos en las nuevas relaciones de parejas bedesemeras que cuando se forman por una sumisa o exclava experimentada que se une a un Dominante, la tendencia es mantener desde el principio en las sesiones eventos quizá un poco extremos y olvidamos que cada pareja que comienza es (para mí claro está que no tiene necesariamente que ser la pauta a seguir en el entorno bedesemero) una nueva y debe ir paso a paso afianzando esos lazos de complicidad, entrega y cariño que se van creando con el transcurrir del tiempo y de la convivencia diaria (ojo, que no digo convivencia bajo el mismo techo, sino la que nace de la comunicación diaria y el saber estar siempre al lado de nuestra pareja aunque sea a mil kilómetros de distancia).
No sé porque muchos se empeñan en juzgar si estas primeras sesiones de una pareja reciente bedesemera con cierta experiencia en la comunidad son simples, pocas, ridículas o inexpertas. La realidad es que entre la pareja no deben existir prisas ni soluciones rápidas, supuestos logros, triunfos o límites rebasados de manera apresurada sin verdaderamente comprender que el ÉXITO es simplemente el resultado del crecimiento interno y que, como todo en la vida, requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia e inmadurez de muchos Dominantes y sumisos que aspiran a resultados a corto plazo, se decepcionan y abandonan a su pareja o el sendero del BDSM de manera apresurada y súbita, quizás estando en el umbral de conquistar su meta.
Si algo he aprendido en estos años que llevo de relación con ArkadiusN es que no es nada fácil la tarea de convencer a un impaciente (me identifico muchísimo con esa palabra) que sólo logran el éxito y las metas aquellos que luchan de manera constante y perseverante y que siempre esperan el momento adecuado para todo. ¿Saben? no existía una persona en este planeta más impaciente que yo, es por esta razón que sé muy bien el tema que hoy estoy compartiendo con ustedes.
Para mí fue necesario entender que muchas veces tendría que estar frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo, saber ver mas allá de lo evidente, el saber esperar con calma y paciencia, no era sinónimo de estar sentados viendo pasar la vida, sino de comprender que lo mejor que tiene el tiempo es que jamás se detiene y que aunque en apariencia no está pasando nada estamos dando pasos en nuestra madurez. Para mí que hoy día reconozco que la paciencia es una gran virtud y que pensé que yo no la tenía, era muy frustrante en esos momentos en que me entraba el desespero de ver que supuestamente nada estaba sucediendo.
El camino de mi sumisión en vías de una esclavitud se puede comparar fácilmente con el ciclo de maduración del bambú japonés. No debemos de bajar los brazos, ni abandonar un sueño por no “VER” algún resultado instantáneo, porque eso no significa que no esté sucediendo algo dentro de nosotros, sencillamente estamos madurando, estamos creciendo.
Los Dominantes y las sumisas que no se rinden, recorren juntos ese sendero de la sumisión. La pasión en la entrega de manera gradual y progresiva hace que se vayan creando los hábitos y el temple que como individuos dentro de una pareja de BDSM nos permitirán con el tiempo alcanzar el éxito, cuando éste al final se vea visiblemente materializado. Como dije en una entrada anterior, el éxito no es más que un largo proceso que conlleva tiempo y mucha dedicación. Es desde mi experiencia, un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.

"La perseverancia es la virtud por la cual
todas las otras virtudes dan su fruto."
Arturo Graf


Esta entrada esta basada en una historia 
(El bambú japonés)...  
que leí en el libro "La brújula interior", de Alex Rovira; un buen libro que recomiendo a todos. A través de sus páginas nos hace reflexionar, y observar nuestro entorno y nuestras vidas desde otra perspectiva, siempre positiva.
La historia es acerca de la perseverancia y la paciencia: cualidades ambas poco utilizadas en esta sociedad actual de prisas, éxitos instantáneos (y efímeros) y rapidez, donde parece que si no vas corriendo, o no tienes prisa estás fuera de lugar. Resulta extraño, pero es lo que podemos ver día a día. La paciencia es un hábito que cuesta adquirir, pero si vamos poco a poco, gradualmente, caminando nuestro sendero, lograremos ese éxito y lo lograremos de una manera sólida, sin fisuras.
El triunfar, tanto a nivel personal como profesional, requiere altas dosis de paciencia y perseverancia. Conlleva mucho tiempo y dedicación, y sólo nosotros somos capaces de asimilar esos hábitos porque nos lo proponemos como reto personal.
Hay un viejo dicho que dice que la prisa nunca ha sido buena consejera; seamos perseverantes y busquemos ese éxito: haciendo las cosas bien y esperando, llegará a nosotros, seguro.
Pasen buen fin de semana...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Te puedo robar estas líneas?:

"No debemos de bajar los brazos, ni abandonar un sueño por no “VER” algún resultado instantáneo, porque eso no significa que no esté sucediendo algo dentro de nosotros, sencillamente estamos madurando, estamos creciendo"

Me las guardo en un rinconcito del alma.
Cariños, bella.

Níobe de ArkadiusN dijo...

Nuestros saludos Sweet

Sé siempre bienvenida y roba todo lo que desees, es una hermosa reflexión que me ha servido de mucha ayuda, y si al compartirla ayuda a alguien más, me doy por complacida...

gracias por pasear por estos aposentos...

humildemente;

Níobe de ArkadiusN

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