"No existe amor más grande
que el que se entrega
sin fijar límites e intensidad."
Anónimo
"Esto es en verdad el amor:
obedecer y creer al que se ama"
(SAN AGUSTÍN, Hom. sobre S. Juan, 74)
Cuando se inicia una relación entre un Dominante y un sumiso, inicialmente debe de existir un sentimiento en ambos el de someter y ser sometido, ese nexo que les atrae y une es el sentimiento esclavo.
Durante la relación, como en cualquier otra, hay distintas fases, la inicial es de conocimiento mutuo, tenemos que conocer a la otra persona, ver su carácter, ideas, experiencias, etc., eso lo hemos vivido todos y una vez que encontramos similitudes y que ambos nos hemos aceptado, se inicia una segunda fase que podemos llamar de adiestramiento, enseñanza, formación que cada uno realiza según sus experiencias, deseos o costumbres. Generalmente se establece la dualidad premio-castigo, ya se sabe que la "letra" con sangre entra y de esa forma ir moldeando el carácter y los sentimientos de la parte sumisa. Se establecen una serie de órdenes o pautas de conducta que se deben de cumplir y en caso contrario el consabido correctivo que normalmente acarrea castigo físico. Hasta aquí lo que considero que es la práctica habitual pero ¿es correcta y necesaria?
No quiero que se me malinterprete, a todos nos gusta jugar y tener nuestras sesiones pero pienso que éstas siempre se deben de plantear y ejecutar bajo un prisma de gozo y disfrute por ambas partes sin que sea necesaria la "excusa" de un castigo que implica sentimientos de culpa y que en absoluto son necesarios y que muchas veces son motivados por peticiones caprichosas y absurdas del Dominante.
¿Por qué digo esto? por el título de la entrada, por ese sentimiento esclavo que es innato en la parte sumisa y obligación de su consolidación y desarrollo por la parte Dominante. Un@ sumis@ o esclav@ siente y vive permanentemente con ese sentimiento, que oculta a veces por los condicionamientos sociales, familiares, laborales, etc., pero no es necesario forzarlo sino fortalecerlo.
La parte sumisa tiene necesidad de entregarse y servir, sólo necesita una parte Dominante en la que confiar y ceder su dominio y control. Esa es una decisión decisiva, la más importante que ha de tomar y que debe hacer con sumo cuidado, muchas veces he visto malas elecciones que invariablemente producen consecuencias muy negativas que incluso llegan a destruir ese sentimiento innato dejando un vacío en la persona difícil de complementar y ha de ser tomada con mucho cuidado por los dos roles. Nunca se ha de tener prisa por encontrar a ese Dominante que deseamos, porque existe y llegará en su momento y quizá para reconocerle es necesario esperar un tiempo prudencial en el que ir acumuluando experiencias y conocimientos y por parte de los Dominantes, hay que ser más serios ética y moralmente y no aprovecharse de cualquier oportunidad que detectemos. Aunque parece lógico y sencillo todos los días vemos multitud de casos que no se cumple ninguna de las dos premisas.
¿Y cúal es el motivo de esta entrada? Se debe a que estos días estoy leyendo un libro titulado La vieja sirena de José Luis Sampedro, que trata de la historia de una esclava en Alejandría bajo dominación del Imperio Romano y en unas pocas líneas define perfectamente ese sentimiento que percibo diariamente:
"...por e
so me arrojé después al agua, salvar la daga para que me apreciara, sé lo que es esa arma para ellos, aunque de verdad ni lo pensé, ¡qué gozo servirle!, ¡y cuanto me alegró la bofetada!, porque estaba enfadado, claro, pero también se había asustado, qué hermoso su miedo por mi vida, ¿cuánto estuve sumergida?, ¡si supiera qué bello es el fondo!, ¡tan dulce moverme en el agua!, ¡tan sensitivas las anémonas! poquísimo tiempo hasta faltarme el aire, también yo me ahogo, ¿ves cómo no tengo magia?, se asustó y se tiró a sacarme, ¡Él!, se tiró Él mismo, ¡por una esclava!, ¿se acordaría de sus pescadores?, ¡hasta las perlas de Arabia son suyas!, y se arrojó al mar por una esclava..."
so me arrojé después al agua, salvar la daga para que me apreciara, sé lo que es esa arma para ellos, aunque de verdad ni lo pensé, ¡qué gozo servirle!, ¡y cuanto me alegró la bofetada!, porque estaba enfadado, claro, pero también se había asustado, qué hermoso su miedo por mi vida, ¿cuánto estuve sumergida?, ¡si supiera qué bello es el fondo!, ¡tan dulce moverme en el agua!, ¡tan sensitivas las anémonas! poquísimo tiempo hasta faltarme el aire, también yo me ahogo, ¿ves cómo no tengo magia?, se asustó y se tiró a sacarme, ¡Él!, se tiró Él mismo, ¡por una esclava!, ¿se acordaría de sus pescadores?, ¡hasta las perlas de Arabia son suyas!, y se arrojó al mar por una esclava..."¿Hay algún castigo que pueda hacer ese sentimiento, ese deseo de entrega pueda ser mayor? Yo creo que no.
"Libertad no es la ausencia de compromiso,
sino la capacidad de escoger y comprometerte
con lo que es mejor para ti."
( Libro El Zahir )



1 comentario:
Mis saludos y respetos Mi Amo ArkadiusN
Muchas veces damos por hecho que el Dominante conoce el sentimiento innato de la esclavitud, que puede apreciar la entrega de su sumisa aun más allá del mismo razonamiento y/o entendimiento, como si fuera algo incuestionable si fuera lo contrario y tuviésemos alguna duda al respecto. Como bien expresa Su escrito, lo que necesitamos es alguien en quien confiar esa sensibilidad, que pueda desarrollarlo y que sea mediante el disfrute y el placer de entregar, servir y complacer que se transite el sendero de nuestras vivencias bedesemeras. No hay más placer y satisfacción que servir a nuestro Amo, y ver en Su rostro que es feliz, que se complace en la pasión, la ternura, el afecto, la conmoción, la conmiseración, la delicadeza y la sensibilidad de la esencia pura de dominar al dominado, cuando éste entrega todo su ser ciegamente a quien cuya sensibilidad y compasión jamás ha de dañar porque Su prioridad es la de amar, proteger, cuidar y elevar a su máxima expresión (a la perfección) del sentimiento esencial, indispensable e inevitable para ambos. La necesidad de dominar y sentirse dominado… de servir, custodiar, proteger y preservar ambas partes de la pareja…
Humildemente gracias por Sus palabras, a Sus pies Su dulce kajira;
Níobe de ArkadiusN
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