Lo dulce y lo amargo de la verdad

"Quien es auténtico 

asume la responsabilidad

por ser lo que es

y se reconoce libre de serlo."

Jean Paul Sartre

 

  "What You See Is What You Get"

("lo que ves es lo que obtienes")

 

(Antes de comenzar esta entrada, para ser honesta busqué la definición de la palabra autenticidad, y cito: “Calidad y carácter de verdadero” y la otra palabra auténtico, y cito: “adj. Acreditado como cierto y verdadero por sus características”.)

Ayer durante mi larga y extenuante jornada laboral uno de mis compañeros me preguntó ‘¿eres una auténtica esclava?...’ Obviamente me sorprendió la pregunta, pero como bien he aprendido a no responder una pregunta con otra, le dije: ‘sí, lo soy…’ Hubo un silencio sutil que fue interrumpido por un nuevo cuestionamiento… ‘Porque lo dices tú ¿o lo asevera ArkadiusN?’ Levanté mis ojos del informe que estaba leyendo y le miré sobre mis gafas, sonreí y le dije suavemente, ‘soy la realidad de lo que soy, ven en mí lo que deseo que vean y es lo que realmente siento ser. Expreso lo que siento y muestro al mundo lo que verdaderamente soy y no lo que quiero aparentar.’ Como mujer profesional, esclava y parte de la sociedad tradicional no intento contentar a todo el mundo siendo lo que otros desean que sea, para quedar bien con todos. Ese proceso de adaptación a los demás, ese afán de sentir que no estamos solos y que formamos parte de un grupo, de una idea o de un fin colectivo ya ha sido desde hace años superado. No voy paseando por ahí intentando contentar a todo el mundo porque la que tengo que sentirme feliz y contenta conmigo misma soy yo. Sé bien que necesitamos ser aceptados y es de esa manera en que vamos modelando nuestros juicios, expresiones, vestimentas, preocupaciones, opiniones y gustos a los demás, y quizás hasta cierto modo despersonalizando nuestra esencia y nuestro propio ser. De eso es lo que se trata crecer y madurar… Hasta llegamos a pensar que es así que se nos quiere y se nos acepta y que si nos mostramos tal cual somos con todas las consecuencias que eso conlleva, no seríamos aceptados por los demás. Pero luego afortunadamente vamos madurando y comprendemos, aprendemos y nos damos cuenta que nadie puede robarnos nuestra personalidad  y que ser distintos no es sinónimo de ser peor.  

Hace unos años quizás por rebeldía di un gran paso en mi vida y del cual no me arrepiento y fue el de ser auténtica, mostrarme tal cual soy con una franqueza absoluta que asustó a mis padres (si han leído este blog desde sus comienzos sabrán que me refiero al momento en el que le informé a mis padres que me gustaba el BDSM, que el rol con el cual me identificaba era el sumiso y que la finalidad en mi vida sería buscar una relación 24/7 en esclavitud). Prescindí de disfraces para agradar a mis padres y la sociedad en que vivía, dejé de vender una imagen personal artificial de mi persona y comprendí que era el primer paso para encontrar mi propia felicidad. Mi finalidad es decir siempre lo que siento y sentir lo que digo. Fue difícil acostumbrarme a esto pero según van avanzando mis pasos por el sendero de la esclavitud me voy dando cuenta de que no hay nada que se pueda comparar al ser y sentirse uno mismo y vivir de manera auténtica lo que realmente nos hace felices.

"La verdad tiene dos sabores: uno dulce, 

para el que la dice, 

y otro amargo, para el que la oye."

Rodríguez Marín  

 

 

"Con el tiempo,
 es mejor una verdad dolorosa
que una mentira útil."
 Thomas Mann